Es un día cualquiera, aunque pienso que no es sino el compendio de muchos días, de muchos momentos de vagabundear y divagar; wondering and wandering around.
Es
un día cualquiera y las niñas están en clase de inglés, es el momento
propicio para llevar la bicicleta al artesano que restaurará su sonido
original, metálico, sinuoso, equilibrado y blanco. Para pensar en la
pedalada ineficiente, en su componente mecánica, en el olvido y en el
descuido, el graznido del eje, el baile lateral de la cadena y sus
saltos desacompasados que significan algo que no se ha querido escuchar.
En
este día cualquiera se olvida pronto la enfermedad mecánica y se
abandona uno a la cavilación; es la hora de correr hacia el Guadaira y
su ribera. Y es en ese sencillo acto de mantener a la vez la carrera y
la mente en otro mundo, en conservar las ensoñaciones mientras percibo
la zancada y el terreno, en el que me sumerjo.
Bajo
el manto de agua insondable del pensamiento encuentro bajeles y pecios,
restos de naufragios que sueño rescatados; ahí están el cuento sobre el
soldado que busca un paso del río, las brumas del hipódromo cercano, el
día que corrí en Triana por las calles de virtudes, la certeza de
que habrá un día, espero lejano, en que este ejercicio me resultará
imposible y no sabré como alcanzaba a repetirlo, la imagen de toda
Sevilla sostenida como una peonza por el mástil de la Torre Pelli. Ahí
están todos los velámenes sumergidos, las escuadras maestras de las
quillas, los remos abandonados; ahí están pidiendo a gritos salir a
flote mientras yo busco un buen puerto donde fondearlos cuando alguna
vez refloten.
Y es antes de alcanzar el horizonte, antes de atravesar la frontera que marca la traviesa del tren y antes de que la realidad barra como una ola estos momentos, cuando pienso si, en un día cualquiera, hace muchos años, más de mil, los veteranos guerreros nórdicos pensaron, en un día cualquiera buscando el Valhalla con la batalla, es un día cualquiera, los niños están en clase de la lengua del reino de los francos, o en clase de espada y escudo, es el momento propicio para batallar, para matar, para morir. Es un día cualquiera, es el momento propicio para correr.